Serie ilustrada Modern Clix, que trata de profundizar en la distorsión existente, entre el concepto de informatización y la "Sociología". Es un hecho muy relevante, que en la última década, pasáramos a una etapa de descentralización de la tecnología y las diversas utilidades de trabajo.

Durante muchos años, las grandes empresas eran las únicas privilegiadas con herramientas de última generación, que les ayudaron a mejorar sus procesos internos y su forma de desenvolverse en diversas industrial, especialmente en el "Marketing" y la publicidad.

Hemos pasado de pagar enormes cantidades de dinero por licencias sobre equipos empresariales, a un modelo de "Suscripción", que nos ha ayudado a que millones de usuarios, regularicen sus programas de trabajo, reduciendo la piratería de forma gradual. Algunos de los grandes impulsores de este cambio, han sido marcas como Adobe, con sus múltiple herramientas, que ayudan a sus usuarios a trabajar cualquier tipo de pieza artística o publicitaria en distintos soportes.

Ahora tenemos una ventana abierta a miles de "Tool Kit" que nos facilitan la vida, pero, estamos viviendo una de las épocas más trascendentales de los últimos 50 años. Hemos pasado de un uso moderado de la tecnología, a depender excesivamente de ella y con el agravante de una sensación de control absoluto sobre nuestro día a día.
Según las estadísticas, una persona promedio pasa la mayor parte de su tiempo en redes sociales u otro tipo de plataforma digital, que en la realidad. Este es un problema que se agrava con el paso de los años, por los constantes avances y modificaciones de sofisticados algoritmos que lo saben todo sobre nosotros:

· ¿Qué comemos?,
· ¿Cuándo nos vamos a dormir?,
· ¿Qué tipo de música nos gusta?,
· ¿Cuánto tiempo pasamos expuestos a una pantalla?,
incluso, nuestra información más personal, como teléfonos, contactos y chats privados.

Una de las preguntas más relevantes llegados al momento en el que estamos es:
¿Cuándo perdimos el control de la tecnología?

Estamos en una delgada línea, que nos deja fuera de todo vínculo social, transformando nuestra forma de interactuar con los demás individuos, llegando al punto absurdo, de estar reunidos en una cena familiar y no mirarnos a la cara, porque estamos concentrados en la pantalla del móvil.

Todo este show está montado sobre una estructura de maximizar los beneficios. En varios documentales relacionados con la venta y compra de información de usuarios (Porque existe, todo el mundo lo sabe y hacen uso de este recurso), veremos una premisa que es extremadamente macabra: 

"Si no pagas por algo, entonces tú eres el producto".
¿Dependientes de los Likes?

Nos estamos enfrentando a un cambio social profundo, que ha llegado para quedarse, pero es nuestra responsabilidad lograr un equilibrio, entre la tecnología, la vida y el trabajo.

El consumo regulado de los dispositivos, sobretodo en los niños, es fundamental para que logren un buen desarrollo y no se enfrenten a problemas tan simples, como: socializar, encontrar un amigo, vivir sin complejos o dependientes del qué dirán los demás de ti. La tecnología, debe ser una herramienta para facilitarnos la vida, no para controlarla.

La evolución digital no es mala, pero utilizada de una forma inadecuada, causa daños severos en la psiquis de las personas, creando adicciones fuertes, que son complejas de modificar y se incrementan a medida que la persona se queda inmersa en esta "No Realidad Generalizada".

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