El objetivo de un logotipo, es para que una persona que no conoce tu producto o marca, se sienta identificado o atraído por él, pero muchas veces los clientes hacen un uso inadecuado de este distintivo, pensando que: “lo mismo que les gusta a ellos, será lo que le guste al público” y no es así en el 90% de los casos.
Lo primero que debemos saber es su significado etimológico, de dónde viene y quién acuño el término.

La palabra “Logos” es un término griego que tenía varias utilidades y se traduce en diferentes formas: “habla”, “palabra”, “razonamiento” o “discurso”, incluso se entendía como “inteligencia” o “pensamiento”.

Cuenta la leyenda que Heráclito fue el primero en acuñar el término, por el siglo V a.C. y a partir de ese punto, en la edad media, los escudos de armas fueron los precursores de su uso. Luego bajo el nacimiento de la semiótica, el logo se convirtió en una forma de identificar a los productos con lo que pasaba en la sociedad y en nuestros tiempos, las agencias de publicidad, generaron una profunda evangelización para que sus clientes tuvieran la llamada “identidad de marca” o “logotipo”.

Ahora bien, hablemos de logos.​​​​​​​
Hay de todo tipo, formas, tamaño, colores, pero lo más relevante es: "que debe persuadir al receptor, atrayéndole a tu marca". Si la semiótica es la ciencia que investiga cómo los símbolos se identifican y afectan la conducta de la humanidad, los logos serían un sinónimo bastante parecido a esa definición.

Un logotipo tiene que ser fácilmente reconocible, debe ser simple, tiene la responsabilidad de transmitir de una forma rápida el valor de la marca.
En los 80 vimos el nacimiento de muchos productos con todo tipo de estilos de logotipo, en su mayoría con una estética terrible y ahora vemos como las marcas han entendido que no se trata solo de gustos, es una pieza que debe ser funcional.
¿Qué criterios debe seguir un logotipo?
Antes de trabajar en un logo, tienes que hacer una sesión o varias sesiones intensivas con tu cliente, debes extraer su percepción sobre su producto o marca, tienes que exprimir al máximo este primer contacto y llegar una reflexión que te indique el camino adecuado, para iniciar el proceso de confección.
Cuando tienes identificado el camino, te recomiendo que hagas todo en papel, trata de que la versión que hagas no sea digital de forma directa, porque en el 100% de los casos el cliente tiene muchas indecisiones y cambias constantemente la composición, además si usas el papel, te aseguras de poder hacer versiones rápidas y cuando haces la compilación final, verás que hay muchas posibilidades y esto te ayudará a defender la opción final ante el cliente.
Tienes que saber defender la idea
Muchas veces he escuchado cosas como “bueno se veía bonito” o “realmente no sé cómo salió”, grave error. Un logotipo tiene que tener un razonamiento y una exposición teórica, de lo contrario, no tendrá utilidad, aunque la pieza final se vea bonita.
¿Cuál es la clave?
“Entender la necesidad real del cliente”, si logras esto tienes el trabajo hecho, comparte los avances con él, involúcralo en el proceso, que sienta que es parte de su creación, es algo tan íntimo, que si no tienes la sutileza de hacerlo participe, seguro te irá tirando el trabajo atrás una y otra vez. Los clientes quieren alardear de que la idea es de ellos (aunque seas tú el que la desarrolló), por eso es fundamental que participe en las etapas de creación:

· Conceptualización
· Bocetado
· Limpieza de boceto
· Diseño digital
· Correcciones
· Piezas finales
· Aplicación en soportes
No es una tarea fácil
De los encargos que he trabajado como director creativo, o de arte, incluso al principio de mi carrera como diseñador, el logo es lo más difícil, generalmente está infravalorado el trabajo que hay detrás de él y a la hora de crear uno causa una fatiga tremenda.

Además los clientes siempre lo quieren más grande y más grande, lo que produce un efecto terrible en las piezas, por eso las marcas importantes saben que: "si un logo es bueno", no tiene que ocupar el 70% de la página, solo es un distintivo, para identificar el producto con un razonamiento conductual, así es que:

“Lucha para que el cliente no haga el logo más grande”, no es fácil, pero nuestra misión es ayudarle a tener un producto de calidad y visualmente atractivo.

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